Resultado de mi "poda capilar" |
Contábamos con que iríamos a la isla de Margarita en una época de temporada alta: las Navidades, pero nunca imaginamos que fuese tal la afluencia de Venezolanos allí. Todos los transportes estaban colapsados: tanto ferries como aviones. Nos tocó viajar más de trece horas en bus, recorrer cuatro estaciones de autobús y luego esperar un día y medio para coger un barco a la isla.
En Margarita nos alojamos en la zona norte, en Juan Griego, pueblo famoso por sus atardeceres en la bahía.
Juan Griego, norte de Margarita |
Recorrimos casi toda la isla y nos bañamos en algunas de las mejores playas. Tiene zona de manglares (laguna de agua salada con mucha vegetación: el manglar y aves diversas), zonas de bosque tipo jungla y otras zonas áridas (con varios tipos de cactus).
Encarni y sus empanadas de desayuno |
Se percibe que está venido a menos en cuanto al turismo internacional. Antes acudían americanos y alemanes en tropel, pero de los yankis no queda ni rastro y pocos son los europeos. Abundan los argentinos y la gran mayoría son del país.
Buceamos (Encarni snorkel) en unas islitas despobladas: los Frailes. Había muchos peces de colores, pero la visibilidad no era excelente.
Salir de la isla fue una verdadera odisea: no quedaban plazas de ferry ni de avión hasta muchos días más tarde. Intentamos el “last minute”, pasando casi un día en el aeropuerto. Allí el caos era la norma: listas de espera circulando entre los que hacían cola, compañías que decían cosas distintas cada rato, gente desesperada por volver (faltando al trabajo, colegios, etc), personas que se colaban, amiguismo, discusiones, etc. El caso es que nos conseguimos meter en un avión a Caracas, cambiamos el vuelo a Lima para el día siguiente, dormimos una noche en la cercana costa (Macuto), nos dimos el último bañito en el Caribe y por la tarde volamos a Lima (Perú).
Pez caribeño |
Valorar nuestra experiencia en este país es algo complejo. Vinimos pensando en pasar una semana y nos hemos quedado dos, osea que mal no nos ha ido.
Langosta escondida |
Tiene paisajes muy diversos, aunque nosotros solamente hemos estado en la costa. La comida es bastante buena. Las arepas excelentes, de muchos tipos, empanadas de cazón para desayunar, jugos de frutas deliciosos, pescado bien hecho en la costa, pollo asado y parrilas de carne por todos lados. La bebida que nos encantó es la cocada (pulpa de coco batida con leche de coco y azúcar, también se le echa canela y ron blanco). Los tostones aquí son plátanos (no dulces) machacados y fritos. Y otras muchas cosas más que no contamos para no aburriros. Los transportes son lentos, ruidosos y caóticos. Vehículos como para desguazar circulan por todos lados, pero como la gasolina cuesta menos de 5 céntimos de euro el litro (sí, casi regalada), cualquier coche vale para moverse. El país está un poco abandonado en cuanto a la limpieza y el cuidado de todo. Hay una gran mezcla de razas (indígenas varios, decendientes de africanos, de europeos, etc). La inseguridad en las ciudades afecta tanto a turistas como a nacionales, y es uno de los grandes problemas junto a la inflacción. La mayoría de las cosas cuestan ligeramente menos que en España, pero no podemos decir que nos resulte un país “barato”. Una grandísima parte de la población adora a Chávez, ya que ha hecho mucho por la numerosa población humilde que existe. Hay elecciones en unos meses pero es evidente que volverá a ganar. Las playas están bien, pero no son las típicas de postal caribeña. El clima es de lo más agradable: sin llegar a hacer mucho calor, se está bien en todo el año tanto de día como de noche. Pese a que la salsa es el “hilo musical” del país a volumen para sordos, no son tan bailones como otros vecinos suyos. En resumen: un país muy curioso, de grandes contrastes, que podría ser muy rico, con muchas posibilidades y ejemplo vivo del socialismo democrático.
Buceando con peces raros |
3 comentarios:
Ese del pelo corto se parece a mi primo.
Curro, tambien estas muy guapo con el pelo corto.
Me gusta mucho el pez caribeño.
Muchos besos y muchos abrazos para los dos.
Luna
Me gustó el chiste del "déjeme un poquitín",a mí me pasa lo mismo con el profe...
Me ha gustado lo que contais de Venezuela aunque en vez de salsa podía sonar a todas horas rock and roll.
Un abrazo.
Yoel
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