Con la tecnología de Blogger.
RSS

Indonesia- Bali. (Segunda quincena de Abril 2012).




Ofrendas rituales
Desde Darwin volamos a nuestro primer destino asiático: la isla de Bali, en Indonesia.
Pasamos un día en Kuta, una ciudad de la costa sur situada al lado del aeropuerto y orientada al turismo jóven y barato. Por tanto, hay muchas discotecas, pubs, vida nocturna y mercadillos de recuerdos. Su gran playa es buena para aprender a hacer surf. El tráfico, especiamente de motocicletas, es caótico y ruidoso. Los australianos la invaden en temporada alta: de Junio a Agosto.
Nuestra salvación frente al calor
Al día siguiente nos fuimos a Ubud, una ciudad del interior de las más interesantes de la isla, ya que conserva todavía el espíritu balinés en las edificaciones, templos, campos de arroz, etc. Al llegar allí nuestra percepción del país cambió a mejor. Nos alojamos en un complejo de bungalows de estilo balinés, con exuberantes jardines, templo y piscina. Los propietarios tienen allí su vivienda, y puedes ver cómo es su vida cotidiana. Ubud ofrece multitud de actividades de diversa índole. Nosotros elegimos asistir una noche a un espectáculo de música (gamelan) y danza balinesa.
Danzas Balinesas

Aunque están muy orientados al turismo, son interesantes. La música es bastante estridente y con unos ritmos de lo más extraño para nuestros oídos occidentales. Los trajes son espectaculares, por su gran colorido. Los bailes son movimientos lentos y muy precisos en los que se combinan ojos, manos y pies, exagerando la expresión, dándole un aire muy teatral.
Otro día hicimos una ruta caminando entre los omnipresentes arrozales, al lado de ríos, entre cocoteros y plataneras. En el recorrido pudimos ver cómo es la vida de los agricultores.
Trabajando en el arroz
Y estando en este lugar, es imperdonable olvidarse del conocido masaje Balinés, así que fuimos a un conocido SPA para relajarnos con estas técnicas orientales. Es un masaje muy completo y variado incluyedo varios tipos de manipulaciones y que tiene en cuenta los puntos reflejos.

Tras una hora completa de “meneos”, nos hicieron un masaje exfoliante y finalizamos con un relajante baño de especias (especias de verdad, no sucedáneos).

El santuario más importante de Ubud es el que está en medio del Monkey Forest, un bosque repleto de simpáticos monos que solicitan comida de los turistas, y si te despistas se te suben encima.
Templo en Monkey Forest
Los monos viven aquí libremente, son respetados. Y es que en medio de un país musulmán como Indonesia, la isla de Bali es casi por completo Hinduista. Se nota en los templos, las construcciones, las costumbres, etc. Hay pequeñas ofrendas en cualquier rincón, especialmente en las puertas de los negocios y en las hornacinas dedicadas a los dioses. Consisten en cuenquitos hechos de hojas de platanera con arroz, flores, hierbas, algo de comida e incienso.
Una de las playas de Amed
Excepto por el calor y la humedad constante, que a veces eran sofocantes, (menos mal que teníamos piscina), estuvimos muy a gusto y relajados. Además después de estar pagando en Australia tanto por todo nos alegramos de que aquí fuese al contarrio. Y es que los precios son bajísimos.
Encarni echa de menos sus clases
Comer en un restaurante normal cuesta una media de 3 €. Una habitación doble (con piscina y desayuno a la carta) vale 18 €. Y todo en esa gama. Un veradero chollo. Puedes ir a un hotel de lujo por lo que en España vas a uno de gama media baja.
En Ubud nos dimos el placer de probar la interesante comida de esta tierra. Hay especialidades comunes en todo el país y otras específicas de Bali. En ambas se utiliza habitualmente la leche de coco y las especias (sobre todo el lemon grass y el chili). Algunas pican bastante, pero otras..... solamente pican un poco.
Maravilloso snorkel
Los platos más populares combinan el arroz o los tallarines con verduras, carne o pescado. Hay diversos tipos de currys, especialmente el curry verde. Los pinchitos de carne o pescado con salsa de cacahuetes picante (satai) son una exquisitez. Y las sopas, ensaladas, frutas diversas... hay una buena gama de deliciosos platos para disfrutar en la mesa. Únicamente flojean en los postres, que son poco variados: tortitas, puding de arroz negro, plátano rebozado y poco más.
Tras los días montañeros, nos mudamos a la costa. Elegimos la zona oeste por sus buenos buceos y aguas tranquilas. Contratamos un taxi que pasó el día con nosotros llevándonos a ver muchas cosas de la isla: diversos templos (dos excavados en la roca), el conjunto de templos hinduistas mayor de Bali (Besakih, lleno de gente ya que había celebraciones religiosas), el lago y el volcán de Batur y una plantación de café, té, cacao y plantas aromáticas.
Adivina qué frutas son...

Fuimos a un hotel frente a la playa en la zona de Amed, en la cual solamente hay unos restaurantes, bungalows y playas. No hay núcleos urbanos, ni bancos, ni servicios de ningún tipo. Como Abril es todavía temporada baja, tampoco había muchos turistas. El mayor atractivo es el mar. El agua es transparente como el cristal y verdaderamente cálida y justo al lado de la orilla tienes arrecifes de corales para entretenerte viendo miles de peces, de esos que se ven en los acuarios. Hemos hecho snorquel en muchos lugares, pero ninguno es tan accesible, cómodo y espectacular como éste. No contento con esto, Javi hizo dos inmersiones, una en un barco naufragado en la segunda guerra mundial y la otra fue un intento fallido de ver tiburones.
Supermoto balinesa

Fiesta mayor en Besakih
Alquilamos una moto para desplazarnos por la zona y conocer otras ensenadas, playas y de paso... más restaurantes. La gente de Bali es muy agradable, siempre están sonriendo y dispuestos a hablar un rato, aunque algunos sepan poco inglés.
Pasamos la última noche de nuevo en Kuta para a la mañana siguiente coger el próximo vuelo despidiéndonos de Indonesia y del Hemisferio Sur.

  • Digg
  • Del.icio.us
  • StumbleUpon
  • Reddit
  • RSS

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Es estupendo vuestro relato y las fotografias de Bali.Aunque tengo ganas de veros, también quiero que sigais pasandolo muy bien. Y para no tener tanta envidia de vosotros mañana domingo me marcho a pasar unos dias a Sevilla. Muchisimos besos. Mamá.

Ignacio Sánchez dijo...

A mí los baños de especias me importan un comino :P

Ignacio Sánchez dijo...

¡Ya os Bali tanto pasarlo bien! :)

Publicar un comentario