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Santiago de Chile y alrededores



Tuvimos una mala entrada en Chile: nos quitaron un montón de jamón serrano y lomo ibéricos que guardábamos como oro en paño para los “españoles emigrados”, debido a las restricciones de locura en la frontera (no se puede introducir ningún producto animal o vegetal crudos). 
Mariscos del otro lado del charco
Más de un mes con estos manjares a cuestas y de repente nos los decomisan, ¡¡ que rabia!!.
Pero las cosas cambiaron enseguida: en Santiago nos acogió en su casa Toño, nuestro amigo Barcense. Y junto a Lorena y la pequeña Cármen, nos han enseñado la capital y alrededores.
Después de Venezuela y Perú, llegar a Chile es como regresar a Europa. Es sorprendente la gran influencia de ese continente. Española, por supuesto, pero también alemana e inglesa, tanto en las comidas y bebidas como en la arquitectura o en diversas costumbres. El “tesito” o los “kuchen” son solamente un par de ejemplos.
Contrastes en la capital
La capital es grande, más del doble que Madrid, pero tiene de todo: está a una hora tanto de la montaña como de la playa, osea por un lado los Andes y por el otro el Pacífico. Y precisamente la cercanía de este océano hace que haya una gran presencia de mariscos y pescados.
Hemos disfrutado de algunos de ellos que no existen en España, como los locos (deliciosas especies de lapas gigantescas), y otros similares a los europeos, pero con un tamaño enorme, como los supermejillones, las machas chilenas o los centollos. Y encima, todo más barato que en casa.
El “cajón de Maipu” parece otro planeta, reuniendo además gélidos ríos, glaciares, volcanes, montañas de multitud de colores, minas, baños termales, etc. En esa zona, el árido paisaje de cáctus y chumberas se mezcla con nogales, ciruelos o manzanos. Todo un cóctel para los sentidos.
Cajón de Maipu, colores en la montaña
La cercana ciudad de Valparaíso, bien merece una visita, ya que aparte del gran puerto de mercancías, tiene unos interesantes barrios con casas de colores, mercados, zona portuaria con sabor añejo, playas cercanas, etc.
También destaca en esta población una de las tres casas de Neruda, la Sebastiana, cuya visita es imperdonable, por sus curiosidades y por las grandiosas vistas.
Valparaiso y sus coloridas calles
La otra que visitamos fue la de Santiago, La Chascona, construida para vivir en ella con Matilde, su tercera y última mujer. En esa casa un guía nos explicó la vida de Neruda y vimos otra parte de su colección de objetos curiosos.
 La casualidad quiso que nuestro primo Nacho se encontrase de vacaciones en Chile y nos vimos un día en el que tras pasear por el mercado de pescado y una gran estación, comimos y visitamos el centro de Santiago, la Casa de la Moneda. Será nuestro anfitrión dentro de un par de semanas en Buenos Aires.
Nacho y Javi en el corazón de Santiago
Han sido unos maravillosos días de verano en la capital, con muy buena compañía y a la que regresaremos tras el periplo patagónico.

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6 comentarios:

Lorena Amaro dijo...

¡Encarna y Javi, espero que lo hayan pasado bárbaro en las Torres del Paine! Y que hayan podido ver alguna ballena en Argentina, ¿no? Ya nos darán noticias. Un abrazo de esta chilena empadronada en El Barco de Ávila, su pueblo adoptivo. Besos (ah, Carmencita ha preguntado mucho por ustedes, está esperando que vuelvan).

Anónimo dijo...

Pregunta técnica:

Si os fuisteis practicamente con lo puesto: ¿cómo es posible que en ninguna foto salís con la misma camiseta?.

Mon dijo...

Que empape de cultura os estáis pillando, pena lo del embutido, los guardas se habrán puesto las botas.
Besazos

Correcaminos dijo...

Las camisetas no son distintas, llevamos un tinte y las coloreamos cada día diferentes para no aburrirnos, jejejejeje

Ignacio Sánchez dijo...

Yo creía que lo de las camisetas era photoshop.

Anónimo dijo...

Y q hay q hacrr para pasar el jamon iberico?????

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